martes, 28 de junio de 2011

Salir

Salir, escapar, de la rutina que me persigue, de la rutina que me ha perseguido estos últimos meses. Que me ahoga, que nadie entiende, que ni yo misma sé darle sentido. Quiero pasar un verano sin dolor de cabeza, sin esos líos en mi cabeza que ni yo misma entiendo. No quiero llorar, aunque si desahoga, quiero saber expresarme, quiero saber ayudar, y además ayudarme a mí misma.

Necesito seguir yo sola sin la necesidad de apoyarme en alguien. Poder resolver yo sola mis conflictos.

Y el calor no ayuda nada. Quiero encontrar una sombra en la que tumbarme, estar despierta y no pensar. Necesito saber estar yo misma sola sin tener que estar dormida.

Necesito tantas cosas y a la vez no necesito nada.

Nada de nadie. Ni de nada. Ya no quiero más.

Quiero concentrarme en desaparecer, en poder salir adelante sin la ayuda de nadie, encontrarme a mi misma en estos dos meses y medio. Es mucho tiempo. Más de lo que tal vez necesite, pero así lo podré hacer con calma.

Ahora me voy, pero sigo aquí. Contradictorio. Ningún plan y cien mil en mi cabeza.

Esta vez no necesito comentario de ayuda, quiero poder resolverlo sola. No necesito nada. Esta vez ya no. Si estáis ahí, esperadme, yo os lo agradeceré. Pero por ahora no pido nada más. Solo desaparecer y a la vez seguir aquí.

Porque me da miedo dar el paso de irme y dejar tanto detrás. Tanto sin acabar, todo en proceso de continuar. Pero no sé si es lo que quiero realmente. A lo mejor lo que quiero y lo que necesito aún está por llegar. Tal vez sea mejor que lo que tengo. Necesito descubrirlo. Pero no peor de lo que ya tengo.

Quiero ser ese fantasma que viaja, ese fantasma que todo lo sabe, que se toma un tiempo, que vuelve y que las cosas están arregladas. Nunca pensé que mi sonrisa iba a llegar a morir. Y aunque no esté del todo muerta, hace tiempo que ya no soy yo. Que finjo serlo y no lo soy. Y cada vez lo hago peor. Pero ahora no quiero nada, nada más que seguir lo que me mande mi subconsciente.

Esto es un adiós, no es definitivo, puede que mañana mi mente cambie 360 grados en sentido contrario y vuelva a estar sin saber lo que quiero, que ciertamente es lo que me pasa ahora.

Pero, por ahora, ¿por ahora? me voy.

domingo, 26 de junio de 2011

Cuento: Juanito y la luna.

Aquí os dejo un cuento con el que seguro que si entendéis bien a fondo os vais a sentir muy identificados. Es un cuento que a mi parecer narra lo que somos capaces de hacer para conseguir nuestros objetivos. Lo que llegamos a desear que ocurra por muy imposible que parezca. Y los recursos que utilizamos para que salga todo como queremos. Esto no deja de ser un cuento infantil pero leedlo y reflexionar, yo creo que os vendrá bien. ¡Disfrutarlo!

El cuento se llama, Juanito y la luna. Antes de comenzar os dejo una imagen del cuento.



(...)

Había una vez una luna redonda y brillante en el cielo. Juanito la miraba y la miraba.

Juanito quería tocar la luna. Quería saber si era fría o tibia o caliente. Pero la luna estaba muy alta, muy alta.

Entonces Juanito se subió al techo más alto de la casa más alta del pueblo. Pero la luna estaba más alta todavía.

Entonces Juanito llevó una escalera muy alta al techo más alto… Pero la luna estaba mucho más alta, muchísimo más alta todavía.

Y pasó un pájaro rojo, con las alas del color del fuego.

- ¿Me llevas a la luna?-preguntó Juanito.

Y el pájaro le dijo que sí, porque era de los que llevan hasta la luna.

Y el pájaro voló y voló. Voló más alto que las montañas más altas. Voló más alto que las nubes blancas.

Y llegó hasta la luna redonda y brillante.

Y Juanito tocó la luna con las dos manos. Y dio una vuelta carnero. Y se llenó de pelo de polvo lunar.

Y después le dijo al pájaro rojo.

- Volvamos.

Y el pájaro rojo voló y voló hacia abajo, más abajo que las nubes blancas, más abajo que las montañas…

Voló hasta la escalera que estaba en el techo más alto de la casa más alta del pueblo.

Y Juanito bajó de la escalera. Y bajo del techo. Y se sentó a mirar la luna redonda y brillante. Y sacudió la cabeza y el polvo lunar, despacito, despacito, se fue cayendo al suelo.



jueves, 16 de junio de 2011

Se ha acabado un ciclo

He terminado un ciclo. Un círculo que tuvo su principio y que ya ha llegado a su fin. Tristemente no pudo ser de otra manera. Tardé en darme por vencida pero no fui capaz de luchar más. No merecía la pena a esas alturas. Se lo llevaron todo. Me fui y se acabó. Ahora toca empezar de nuevo, tal vez, por no decir lo más seguro, va a ser de las cosas más dificiles que haga en la vida. Pero experiencia ya tengo. No va a ser la primera vez. Si es cierto, que ahora hay más inconvenientes, que conozco el terreno mucho mejor y sé como puedo sufrir. Pero eso me puede favorecer. Ya sé como funciona todo, o al menos casi todo. No puedo volver a caer. No debo cometer los mismos errores. Sé que tendré más miedo a empezar de nuevo, que te hagan daño no es lo más agradable que hay en la vida. Pero iré poco a poco, la confianza esta vez se tendrá que ganar. Al principio todo funcionará como algo profesional. No iré dando voces de todo lo que pasó. Esperaré... y esperaré... Hasta que sepa que piso tierra firme, que no hay moros en la costa, que puedo volver a intentar ser feliz. Ahora tengo tres meses por delante para pensar todo mucho mejor. Hay muchas posibilidades aunque sean bastante complicadas. Habrá que irse lejos. Recorreré kilométros. Tardaré mucho. Y aunque al principio esté sola, siempre tendré ese apoyo que he tenido hace tiempo. Ese que con tenerlo todo lo de alrededor sobra. Y con el tiempo, nos uniremos. Seremos de nuevo dos en uno y uno en dos. Y volverá a ir más facil. Todo seguirá su curso. Un nuevo ciclo estará por empezar...

Si hay algo que sé, es que si no lo intento no voy a hacer nada. Si hay algo que he aprendido es que las cosas no funcionan por si solas. Me lo han hecho ver y ha sido así. Hay que moverse, hay que intentarlo, divertirse, alegrarse y pegarse ostias. Muchas ostias. Muchas piedras en el camino que esta vez tendré que ver venir para poder sortearlas, saltarlas. Si hay algo que quiero es menos sufrimiento. Aunque tarde en encontrar la felicidad que busco, el horizonte que veo muy al final... no quiero tropezar con más piedras.

Ahora ya ha terminado el anterior ciclo. No hay que darse la vuelta a mirar atrás. No me echarán de menos. Tal vez si abro mi corazón se que dejo cosas atrás que no merecen quedarse solas. Pero debo actuar según lo que me venga a la cabeza. Y lo he meditado, lo he contrastado, y ha sido lo mejor. Se ha acabado pero ya no me va a venir más a la cabeza. Los buenos recuerdos siempre estarán. Ahora por mi bien, quiero borrar los malos.

A mirar adelante y a soñar, a imaginar, a pensar con algo mejor... algo que tarde o temprano tendrá que llegar...

sábado, 11 de junio de 2011

Miradas y sonrisas

¿Que prefieres tú?

Una mirada...










O una sonrisa...











¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿? ¿?

Una mirada y una sonrisa pueden expresar todo.

Para algunas personas es más fácil de transmitir algo con una mirada. Para otros con una sonrisa.

Una mirada puede ser muy bonita. De un amigo, de un novio, de una hermana, de un vecino, de una madre, de un padre, de otro familiar, de alguien con quien te cruces en la vida...

Con sólo una mirada pueden decirte que te quieren, que te entienden, que saben por lo que pasas, que quieren estar a tu lado, que te respetan...

Pero también te pueden decir todo lo contrario. No te desean lo bueno, no te quieren ni ver, una mirada de pena, de envidia, de verguenza, de odio...

Como cuando apartas la mirada... Por verguenza, por culpabilidad, por nervios, por mil cosas...

Es algo que no se puede controlar. Si tienes un sentimiento que te llena más que nada, con la mirada eres capaz de expresarlo. Sin darte cuenta. Sin necesidad de esfuerzo, ni de concentración.


¿Y las sonrisas?

Las sonrisas pueden expresar cariño, felicidad, alegría, emoción...

Una sonrisa sale sin querer, sin pensarlo. Es algo que te viene a la mente y no se puede controlar.

Y además si hay algo dificil es sonreir cuando no se quiere, cuando se nota que no es el momento... Es ahí cuando una sonrisa forzada no sirve para nada. Y la sonrisa se convierte en tristeza, y de la tristeza se lleva a la mala cara, y a las lágrimas.



En definitiva, las miradas, las sonrisas, las sonrisas, las miradas. Dicen tanto y no dicen nada....

Pero a mi parecer, no hay nada más bonito que una sonrisa, que una mirada que te lo dice todo, que no necesitas que esa persona te diga nada. Que con eso vale todo.

Y no hace falta estar bien del todo para expresar en un momento con una mirada, con una sonrisa, algo a quien quieres... A veces es facil, es sencillo. Como he dicho antes, no se controla, se hace, es un impulso...


Es recomendable 100%, cuando tengas ese momento, cuando lo notes, simplemente haz una mirada, simplemente sonríe, no lo dejes de hacer...

miércoles, 1 de junio de 2011

de lo pequeño a lo grande no hay un paso

Hay algo que quiero aclarar. Es cierto que cuesta mucho hacer cosas pequeñas para conseguir la felicidad. Que al terminar una de esas cosas, ese detalle en el que te esmeras tanto, te da la sensación de no haber conseguido nada. Pero más adelante, con el tiempo, te das cuenta que una de esas cosas pequeñas no sirve. Se alimentan del conjunto. Se necesitan muchas cosas pequeñas juntas para darse cuenta de todo el esfuerzo realizado. Cuando ves todos esos detalles realmente te das cuenta que ni una, ni dos, ni tres formas distintas han hecho para sorprenderte, si no muchas más. Y es en ese momento cuando valoras que cada cosa pequeña individualmente también tiene su precio y su esfuerzo. Que a veces darías todo en la vida para tener al menos una de esas cosas pequeñas.

Pero ahora viene la cuestión.

¿Cómo se consiguen de golpe las cosas grandes?

¿Qué pasa cuando...?

Has intentado mil veces con pequeños gestos conseguir eso que quieres pero nunca has sabido cual es la tecla final para conseguirlo. Cuando un mínimo gesto, aunque llegué de forma grande no sirva para arreglar eso que tanto quieres. Que se hace cuando quieres conseguir algo de un sólo golpe porque no puedes aguantar esa paciencia, esa espera para conseguirlo... ¿?

No tengo la respuesta, pero os prometo que quiero tenerla. Quiero saber que se hace y como se hace. No quiero dejarlo en que el paso del tiempo y el futuro lo solucionará todo. Sé que habrá un momento en el que se decida, en el que se cruze esa línea. Pero no quiero que sea cosa del azar, ni del destino, quiero poder controlarlo yo. Saber cuando es el momento, cuales son las palabras y cual es el hecho que realmente debes hacer.

Simplemente... estoy perdida! Y estos ojos cansados no pueden aguantar mucho más, quieren, insisten, pero no pueden. Y temen llegar a ese instante en el que se quiere tirar la toalla, en el que todo se pierde y la montaña de arena que has construido granito a granito se destruye por no saber cuidarla. Por ahora quiero poder disfrutar de lo que aún no pienso dejar perder, de las ilusiones y de las ganas que tanto esfuerzo cuesta conseguir.

¿Por ahora? Simplemente perdida...