lunes, 13 de mayo de 2013

Y por fín me atrevo...

Me cuesta empezar porque lo veo complicado. Cada vez que pienso en entrar y escribir, pienso de nuevo en dejarlo, confío en que habrá otro momento donde me encontraré con más inspiración, más fuerza…

Pero he llegado a la conclusión que cualquier momento es bueno para escribirte, escribirte por aquí para recordar brevemente todo lo que hemos pasado y como fueron los últimos días. Aunque todo lo que hemos pasado ha sido muy largo y es muy difícil resumir en unas líneas ya que extenderse sería poco normal en este medio.
Me quedo con las largas conversaciones en las que podíamos no hablar de nada o tratar de un tema importante. Con buenas pausas, en buenos lugares y siempre juntas. Desde pequeñita me enseñaste a querer, a ser cariñosa, a amar bien a los que importas y te importan.

Siempre he sido de recordar cada fecha como un día señalado, cada hora, cada minuto, los números me traen loca, pero en este caso lo veo todo difuso y sé que puedo retroceder y recordar cuales fueron las fechas exactas pero es algo que me da más igual en este caso. Sé que hubo una temporada que hablabas de irte, y después hubo otra que ya era algo fijo, tenías hasta billete de avión y yo hacía por no creérmelo. Hacía por no querer que pasara el tiempo y llegaran los días porque no sólo para mí, para toda mi familia y para ti iba a ser un golpe duro.
Cuando ya empezaste a publicar en Facebook últimos conciertos, ultimas despedidas ya me lo tomé en serio y lo di todo por disfrutar cada segundo. Me di cuenta de primera mano de la cantidad de gente que te quiere, de lo bueno que has hecho en la vida de los demás. Y nunca lo dudé porque me conoces desde bien pequeñita y siempre te he tenido ahí, aunque temporadas más intensas que otras siempre has estado o querido estar en todas las fechas importantes, en los momentos que se recuerdan para siempre. Y eso es algo que siempre he admirado.

Ahora toca recalcar algo muy importante, tus caricias, tus abrazos y tus besos. Desde que tengo memoria siempre hemos estado muy unidas en eso, tus abrazos y tus besos me hacían sentir mejor, más cerca de la alegría pasara lo que pasara. Y poder entrelazar mis dedos con los tuyos, nuestras manos y apretar fuerte era algo que no quería soltar. Fue una sensación de la que me aproveche mucho los últimos días porque no quería soltarte, quería recordar para siempre esos instantes de juntarnos y poder expresarlo todo sin ni siquiera mirarnos.
Creo que ya queda muy largo, no es necesario extenderme para explicar lo mucho que me importas, lo mucho que te echo de menos cada rato, pero sé perfectamente que te está yendo muy bien en Argentina y que aunque estemos a kilómetros de distancia y nuestras vidas no estén tan cerca siempre podremos vernos y esto no acabará nunca, hará lo nuestro más intenso.
Como ultimo quiero recordar pequeños momentos en los últimos días que me han dejado algo marcado en mi vida:
  • Abrazarte por detrás mientras veíamos tocar a Juan y los chicos, contentas y tristes según la canción.
  • Nuestro ratito en frente de tu portal de casa ese último día en Madrid hablando de cosas sin importancia.
  • Como te vi hablar en público despidiéndote de todos en el concierto de Juan y como me mirabas cuando decías “y también nos da mucha tristeza, que no dolor, dejaros…”.
  • Y cuando me despedí de ti en el bar (lo que pensábamos que sería la última vez) que fueron las últimas lágrimas, pero lo que más me marcó del todo fue cuando di vuelta atrás dos minutos después y os miré por el cristal y te vi llorando, fue algo que nunca me imaginé pero que recapacité como algo de lo más normal.
  • Y por último que no por ello lo más importante cuando fui por sorpresa a verte al aeropuerto, sin saber si llegaba a tiempo y dándome cuenta que aun quedaría mucho tiempo para despedirte, esos ratos en silencio contrastados con conversaciones que podrían ser normales en cualquier ocasión menos en la de un aeropuerto despidiendo a unos amigos que marchaban a vivir muy pero muy lejos…
Todo está dicho y esto es solo un inciso para querer explicarlo de nuevo, te quiero mucho…
Besitos a mil, tu niña, Andrea.