lunes, 26 de septiembre de 2011

Cuando los pájaros vuelan...

Aquel chico de 14 años quería ser como los pájaros, quería ser capaz de volar. Cuando los miraba sentía una envidia que le recorría todo el cuerpo. Ojalá el pudiera ser como ellos, tan rapidos, valientes, decididos, que recorren el cielo sin cansarse...

Cada noche soñaba en que a la mañana siguiente sabría enfrentarse al mundo que le rodeaba. Que se convertiría en pájaro y no tendría miedo de luchar.

El sabía que si pudiera volar no tendría miedo de enfrentarse a sus miedos. De pelearse aunque fueran dos minutos con alguien a quien temía. Que en vez de pedir perdon al minuto, de arrepentirse para que no fuera a mas, aquel chico tuviera la valentía de un pájaro para enfadarse, gritar, gritar y llevar la razón.

Pero por desgracia aquel niño no era un pájaro. Y no sabía volar. Y tenía que aprender él solo a vivir. Sin alas a sus lados que le ayuden a volar.

Más que nunca, aquel chico lo sabía, estaría solo el resto de su vida... por muy rodeado de gente que estuviera.

Y es que si quieres ser un pájaro por mucho que sueñes no lo serás..

Aunque siempre quedará ser parecido a un pájaro. Y luchar por cosas que merezcan la pena. Ahora al chico le toca luchar pero ya sabe lo primero e importante: "No va a ser fácil"

jueves, 22 de septiembre de 2011

Hasta siempre Paco!

Esta entrada va por ti Paco. Sé que no estás. Pero no me hago a la idea. No sé como empezar ni como voy a terminar, pero si sé que derramaré unas lagrimillas...

Lo que paso ayer yo creo que no hace falta ni comentarlo, cuando me enteré que estabas muy malito y que te ibas y venías nos dejaste a unos cuantos con el corazón parado.

Al conocer la noticia viví una de las peores noticias que he vivido nunca. Tengo que sincerarme, no me salen las palabras para describir todo lo que siento. Todo lo que he visto en tan pocas horas.

No sé bien cómo pero en pocos años desde que yo soy más adolescente que niña alguna que otra vez hemos hablado de la muerte. Yo tengo el recuerdo que tu siempre has dicho que esta vida es así de puta, que acaba y no hay nada que hacer.

Pues ayer se paró tu corazón, se paró tu vida y se ha parado la de muchas personas. Tú ni siquiera has sufrido. No estuviste consciente. Y de eso todos nos alegramos.

Pero que haya terminado así sin más, sin avisar y sin saber nada nadie da que pensar. ¿Por qué? ¿Quién tiene respuestas para esto?

Has dejado mucho aquí, muchas personas que van a llorarte hasta el último de sus días. Y claro que no te culpo. Nadie tiene culpa de esto. No sabemos muy bien porque pero desde siempre estas cosas han pasado sin que nadie diera crédito.

Y hoy ha sido el peor día.

Ayer costó asimilar que nos dejabas, yo lo digo ahora y no me lo creo. No creo que no vaya a volver a verte. Espero que vuelva a encontrarte. No sabes como lo deseo. No tenías que ser tú el que estuvieras ahí.

Has dejado a una mujer que te quería más que a nadie. A dos hijas desoladas, que aun tenían que aprender en la adolescencia de un padre ejemplar. A un grupo de amigos que saben que nada va a ser lo mismo ya. Y me incluyo en ese grupo. Nada va a volver a ser lo mismo sin ti.

Ver a tante gente llorar, todo Tres Cantos y mitad de Málaga en una sala, todos llorando, llorando porque no estás, que no es justo, ha sido una de las experiencias más traumáticas de mi vida. Si yo estaba sola y me acordaba de tí entonces lloraba. Pero si estaba con más gente o me contagiaban demasiado o me mantenía recta.

Porque si en la vida no hay nadie que te enseñe como educar un hijo, como vivir la vida y como hacer muchas otras cosas, tampoco hay nadie que te explique como se consuela a dos hijas y a una mujer desconsolada.

Tantos amigos, tanta gente conocida llorando, hasta de las personas más fuertes que he visto, han llorado, llorado porque no estás.

Nunca te voy a olvidar, hoy me lo han dicho y es cierto, vas a estar ahora en mi corazón. En el corazón de muchos. Verte como te he visto hoy, ahí tan blanco, tumbado, inflándote por momentos ha sido horrible.

Y vas a tener que perdonarme, pero tengo que dejarte por ahora. Seguiré hablando contigo, pensando en ti pero no me salen las palabras, no me sale la voz y se me llenan los ojos de lágrimas.

Te quiero mucho, te mando un abrazo y tu ya lo sabes.

¡Has sido y eres una persona increible!

Hasta siempre!

PD. No consigo despedirme... así que no lo haré, aqui estamos..

domingo, 18 de septiembre de 2011

Reflexionar

¿Sabéis? La gente dice que las cosas malas pasan, que después de un día malo siempre viene un día bueno. Otras personas en cambio opinan que de lo malo no se sale fácil, que hay que tener paciencia. Luchar, lo llaman.

Yo creo que igual que nunca vives la mejor experiencia de tu vida un día sin más, tampoco vives la peor. Porque seguro que vendrán muchas más historias más adelante. Lo mejor de tu vida puede pasar un lunes y ser el más feliz del mundo. Pero tres años más tarde vuelve a pasarte algo maravilloso un miércoles y lo colocas en el número uno de tu lista.

Igual pasa con lo malo. Hay un día que dices que no puede haber nada más en el mundo que te pueda doler tanto, que seguro que es lo peor que puede pasarte. Te repites una y otra vez que estás fatal, que lo que ha ocurrido en tan solo un segundo te ha destrozado la vida. Pero lo que no sabes es que lo más seguro es que eso no vaya a ser lo peor de tu vida. Que como dicen, saldrás adelante, vivirás más experiencias buenas y otro día, en otro segundo totalmente distinto, volverás a apuntar en tu cabeza el peor día de tu vida. Puede ser por una ruptura, por la muerte de alguien cercano, por separarte de tu mejor amigo, porque te disparan o te atracan. Seguro que hay millones de momentos malos y nunca vas a ser capaz de decidir cuál va a ser peor.

¿Pero y para qué? Si para uno ese momento bueno o malo va a ser siempre la cima de momentos buenos y malos y no recordarás nunca las veces anteriores que te repetiste: jamás volveré a confiar en alguien, nunca más me separaré de ti, tengo el mejor novio del mundo, lo mejor de todo será empotrarse en la autovía con el coche, seguro que nadie va a acodarse de mi porque no soy importante…

Todos los días están repletos de esos momentos. Y cuando sientes ese placer, esas hormiguitas recorriendo tu tripa que te dicen: “eres el más feliz, nunca vas a estar mejor, parece que el dicho de que todo mejora es cierto.” Pero no, al final eso se acaba perdiendo en otro segundo, y te puedes enterar de tantas maneras… un mensaje, un correo electrónico, una llamada, una visita inesperada, un amigo que hace de mensajero, viéndolo con tus propios ojos… Hay mil formas de enterarse de lo malo y también mil formas de enterarse de lo bueno.

Solo hay que vivirlo.

Una vez le dije a una señora mayor que su nieto al acabar al cole entraría en el instituto de en frente y ella para mi asombro contesto: “Si, si Dios quiere”. En ese momento me quedé helada, no contesté, sólo asentí. Como una señora podía decir aquello sobre su nieto de 4 años. ¡Era tan increíble! Pero cada uno tiene sus creencias. En aquel momento me quedé callada pero ahora le hubiera contestado: “Si los segundos que viven te lo permiten puedes continuar y si no, simplemente tendrás que seguir adelante”.

Es complejo de entender, el subconsciente controla este mundo. Si uno está contento ve el mundo de color de rosa y se cree el más feliz del mundo. Los demás de su alrededor los ve con buenos ojos, y da igual que no estén bien. Porque por lo general, esa persona es feliz.

Y al revés pasa lo mismo. Si tú estás pasando por una mala racha que no sabes cuánto va a durar, piensas: “¿Y por qué los demás están tan bien? ¿Por qué tienen tanta suerte los de mi alrededor y a mí me toca toda la mierda?”

Es un mundo de no acabar, porque pensándolo bien aunque mueras, siempre estarás en la mente y en la vida de mucha gente. Y tú aunque no estés vivo, siempre estarás en el mundo de los vivos. Es difícil cerrar el círculo.

Lo de vivir el momento es una buena frase pero en general las personas no somos capaces de vivir sin planes. Sin recordar el pasado y sin pensar en el futuro. Y sin piedras en el camino que superar nunca se llega a ser feliz.

Porque tristemente el cuento de hadas de “vivieron felices y comieron perdices” es falso. Es sólo para que tardes unos años desde niño en ver la vida, en sufrirla. Todo es como una montaña, para vivir lo bueno tienes que vivir lo malo; y para vivir lo malo tienes que vivir lo bueno.

Es inevitable.