domingo, 10 de junio de 2012

Muchisimo tiempo

Mucho tiempo sin pasar por aquí, no quiero ni ver cuantos días porque me da pena.. Prometo que he tenido muchas cosas que contar pero tal vez no tiempo para escribirlas y eso da rabia. Podría contaros miles de experiencias, un montón de cosas aprendidas desde la última vez que escribí y muchos sentimientos que han pasado por mí dejando una huella imborrable..

Pero ahora sólo tengo ganas de contaros una historieta, una de las que no sé ni como van a empezar ni como van a terminar pero que las teclas me acompañan y los dedos me ayudan (o al revés...)

Esto trata de un niño pequeñito, de unos 7 años de edad, que pasaba sus días en el colegio rodeado de muchos niños pero sin saber con cual hablar. Era nuevo y entraba a mitad de curso pero aún así sentía una seguridad en sí mismo como ningún niño de su edad había experimentado antes. No tenía hermanos ni hermanas, sólo a sus padres que le cuidaban y le trataban como un niño mayor con sus responsabilidades. Y una de ellas era cuidar a su perro Kiko, cuidarle, pasearle y darle de comer.

Este pequeñajo tenía un don, dejaba que su imaginación volara y con tan sólo 7 añitos dibujaba en su bloc todo lo que se le iba pasando por la cabeza, era un monstruito pintor en diminuto. Sabía como hacer el trazo en cada momento, y cuando pintaba se sentía lleno, estaba inmerso en su mundo y cualquiera que le viera veía en él un niño especial.

20 años mas tarde el siguió siendo como era de pequeño, un cabeza loca que tenía mil ideas y sabía plasmarlas con la pintura, y eso le hacía feliz. En el colegio mejoró mucho, se hizo unos cuantos amigos y los supo tratar bien, se interesó por las asignaturas del cole y por los deportes y sabía sonreír y disfrutar todo el rato.

Esta es la historia inventada en 1 minuto y media de una chica que tenía ganas de soltarse y de escribir, que tiene mil ideas también pero ella no sabe como aprovecharlas. Sé que tengo que seguir mi camino, que encontraré muchos cruces por los que pasar y que en algunos tomaré la decisión correcta y en otros la equivocada. Pero tengo ganas de que lleguen esos momentos de aprender, de acertar o de fallar pero de moverme, de hacer algo más, algo que salga de esa rutina que me absorbe y que ya parece que está llegando a su fin. Ahora es el momento de otro camino, solo hay que pasar el cruce bien y con tranquilidad.

Buenas noches a todos los listos y guapos que me siguen, porque esto es para todos.