martes, 1 de febrero de 2011

"Los monstruos no existen". "Están en los libros". "Los libros se abren y se cierran". "Los monstruos no existen, ya te lo he dicho una vez". "Una vez".
Frases de Olivia mientras yo le preguntaba si existían los monstruos. Parece que tiene muy claro que los monstruos no existen.
Pero no se equivoquen, los niños de verdad si creen en ellos. Los ven. Hablan con ellos. Y por el contrario. Si les dices de noche que viene uno, se asustan y te cogen del cuello porque tienen miedo. ¿Acaso a alguien le gusta los monstruos?. Los niños creen en ellos pero les da miedo. En realidad como a todas las personas. Tienen sus miedos y prefieren no creer en las cosas que saben que existen si les hace daño. Prefieren no verlo. Es así.
Y bueno Olivia tiene 2 años, ya casi por cumplir 3 en Abril pero os voy a contar otra historia de un niño pequeño.
Este tiene tres añitos y el otro día vino a recoger a su hermano mayor con su madre como todos los días de colegio. Este día estaba contento. Me saludó y quiso hasta hablar conmigo. Aunque entre risas me dijo "No quiero jugar contigo". Pero un avance ya era que quisiera que yo le cogiera en brazos. Ese día él iba con su globo naranja más feliz que nadie. Le daba patadas y lo paseaba con una gran sonrisa. Estaba muy contento. Me di la vuelta y le dejé jugando. Al rato le vi llorando. Lloraba mucho. Como cuando una persona pierde lo que más quiere. Le pregunte y efectivamente no tenía el globo, lo había perdido. Entre lágrimas me llevó a donde se había perdido. Era imposible recuperarlo, no se veía por ningún lado. No me contaba como había pasado. Pero si estaba muy enfadado y lloraba mucho. Mucho, mucho. HABÍA PERDIDO SU GLOBO, SU GRAN GLOBO NARANJA. Su madre me contó la historia. El pequeño sin permiso se había ido lejos de la madre y el globo había volado. Otros niños mas mayores estaban jugando con el globo y con tan mala suerte que el globo se pinchó con un arbol. La madre estaba mas enfadada y preocupada porque el niño se había escapado que por que su hijo hubiera perdido el globo y llorara desconsolado. Era normal, el niño había desobedecido a la madre y ella se había quedado preocupada.
Vean los intereses de cada persona. Tengas un año, tengas dos, tres, cuatro, diecisiete, veinticinco, cuarenta y tres o hasta ciento veinte a todos nos preocupa algo y todos lo expresamos de alguna forma.
Pero queda clara la inocencia de los más pequeños. Que no conocen como funcionan las cosas de los demas. Pero si sus cosas propias. Pueden ser muy adorables. Y lo son. Y te quedas embobado con cada cosa que hacen.

Hasta aquí, la entrada de hoy

No hay comentarios:

Publicar un comentario